01 agosto 2010

INTELIGENCIA

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A lo largo del día nuestro cerebro recibe demasiada información, según los estudios que se le han realizado muestran que retemos alrededor de una de cada 100 piezas de información que recibimos. Si lo retuviéramos todo sufriríamos de una sobrecarga de información, este fue el caso de Salomón Shereshevski “El hombre que no podía olvidar”.



Alrededor de 1920 entró al consultorio del Dr. Alexander Luria un joven llamado Salomón, a quien el Dr. le llamo S, para que examinara su memoria.



El Dr. Luria se quedo asombrado al ver que S podía recitar listas de números de 70 elementos sin problemas, e incluso recordar listas de cosas que había aprendido 15 años antes.



De seguro cualquier persona quisiera recordar fácilmente la tabla periódica, cumpleaños importantes, formulas, poesías, etc.

S utilizaba sistemas mnemotécnicos, incluyendo el método de loci. Pero para él la historia no era tan bonita, él podía recordar hasta la cosa más insignificante. Su problema no era cómo recordar, más bien era cómo olvidar.

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